Mientras más feliz eres, menos te metes en la vida de los demás


Una vida feliz hace que una persona carezca del tiempo y de la necesidad de envidiar o comentar sobre el estilo de vida de otros individuos.

Normalmente las personas que critican y menosprecian las vidas de otros, demuestran su envidia y amargura ante quienes llevan una vida feliz.
Esto se debe a que el sentimiento de inferioridad y los complejos hacen que los individuos manifiesten un comportamiento orientado hacia la critica y el rencor. Por lo que cualquier evento positivo en la vida de otras personas, suele causar ira, molestia y malestar general.


En el caso contrario, las personas que experimentan una vida feliz, carecen del tiempo y de la necesidad de mirar y criticar a otros. Ya que son individuos que priorizan el disfrute de su estabilidad, felicidad y prosperidad. La cual se deriva de su sacrificio, esfuerzo, motivación y trabajo duro.

La felicidad no requiere una sonrisa eterna en la cara, sino se trata de la actitud con la que las personas enfrentan las diversas situaciones en la vida. Los problemas y obstáculos, representan un desafío que debe ser superado para obtener su experiencia y moraleja.

Una persona feliz, no deja que el pesimismo, el rencor, la envidia y la desmotivación se apoderen de su vida. Dado que lucha contra emociones, al saber que detrás de ellas no existe ningún valor real ni beneficio. Al contrario solo son cargas negativas, que tarde o temprano afectarían su crecimiento personal.

Vivir una vida feliz y contagiar a otros hacia la felicidad


Las personas que se sienten a gusto y son felices con sus vidas reconocen el valor y la importancia que tiene el saber respetar a otros. Debido a que las opiniones, deseos y decisiones son  de carácter personal, por lo que no existe razón o beneficio tras criticar a los demás.

Especialmente quienes lleva una vida feliz dentro de su corazón, desean lo mismo para las personas a su alrededor. Ya que al disfrutar y conocer el sentimiento de felicidad, son capaces de apreciar y desear que otros también lo experimenten.


Es por ello que sus acciones y palabras no están orientadas hacia la critica destructiva, sino hacia el apoyo, el ánimo y al reconocimiento. Con el objetivo de motivar a otros individuos a ir detrás de su propia felicidad y alcanzar una vida plena, saludable y feliz junto a los suyos.