La carne vacuna
es un elemento fundamental en el menú, sin embargo durante el 2019 Argentina registró
su más bajo nivel de consumo en la última década.
La creciente tendencia
de una alimentación vegetariana y el consumo de pollo, cerdo y verduras asadas desplazaron
a la carne vacuna como el alimento de mayor consumo.
La actual crisis económica que experimenta en Argentina desde el 2018 afectó el poder adquisitivo de los ciudadanos. Impactando de forma directa sobre la compra de carne de los mercados y su puesto como principal alimento y fuente de proteínas.
Miguel Schiariti,
presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina
(Ciccra) señaló esta increíble caída. Y es que el consumo de carne se redujo a 51,3
kilogramos por persona, registrando un 9,5 % por debajo del promedio del año
anterior.
“Hay un solo
motivo por lo cual ocurrió esto y es la pérdida de poder adquisitivo del
salario, o el atraso salarial o como les guste llamarlo. La macroeconomía se
metió en el bolsillo de la gente y la gente consumió menos”, explicó Schiariti.
La crisis y su efecto en el consumo de carne
“La caída
del consumo de carnes rojas viene dándose desde hace por lo menos 20 años y se
viene reemplazando la carne vacuna por pollo o por cerdo de manera muy significativa”.
El empresario
indicó que desde un periodo de entre 20 y 30 años, los argentinos consumían un
estimado de 90 kilos de carne por año. Sin embargo lentamente el nivel de
consumo disminuyó debido al incremento de los precios de este alimento.
Schiariti señaló
que el año pasado la carne vacuna registró un aumento un poco por encima de la inflación
registrando un alza cercana al 60%. Lo que dificulta que todos los sectores
sociales cuenten con los recursos monetarios necesarios para su compra.
Además el abaratamiento en el precio del pollo y cerdo así como el creciente mercado de alimentos congelados contribuyeron con la reducción de la adquisición de carne. Llegando a modificar el hábito de consumo de los argentinos destacó el presidente de Ciccra.
La economía en recesión
presente desde abril de 2018 condujo a un aumento en el nivel de la pobreza
cercano al 40% y un alza en la tasa de desempleo. Afectando la adquisición de ingredientes
por parte de la ciudadanía, quienes modificaron su alimentación en base al
alcance de sus bolsillos.
Esta situación de crisis social llevó a que la industria frigorífica presentase una propuesta al Gobierno para participar en el plan “Argentina contra el Hambre”. El cual busca distribuir entre las familias más vulnerables, tarjetas de débito con fondos destinados únicamente para la compra de alimentos.
De forma de incrementar la venta de carne vacuna, al tiempo que ayudan a brindar alimentos con proteína animal a los hogares más necesitados afirmó el empresario.